Redes Sociales.

Las redes sociales, como Facebook, Twitter, Instagram, por mencionar algunos, son medios muy interesantes y útiles ya que te permiten acercar a diferentes espacios a nivel mundial, interactuar con diferentes personas, exponer tus puntos de vista, hacer críticas y sugerencias constructivas, entre una infinidad de actividades que bien utilizadas pueden ser de gran ayuda para un sin fin de personas, pero ¿Qué pasa cuando esta herramienta pasa a manos de gente sin criterio, que en lugar de construir, destruye? es ahí cuando esta herramienta se vuelve un arma que en ocasiones puede llegar a ser mortal.

¿Por qué esa fascinación (adicción), a las redes sociales?, ¿Qué tienen de interesante?, ¿Cuales son sus consecuencias de obsesionarse con una red social?, en 2011 se llevó a cabo un experimento en la Universidad de Maryland, en EUA, en el cual se pidió a un millar de universitarios de 37 países que pasaran 24 hrs, sin internet ni medios de comunicación. Los resultados fueron que; después de 24 hrs sin conexión el 20% manifestaron síntomas como los que sufren un síndrome de abstinencia, como ansiedad, desesperación, entre otros.

También se ha demostrado que durante éstas prácticas se evidencian dos elementos propios del narcisismo: las ganas de protagonismo y la voluntad de aprovecharse de los demás. Y ésto, se agrava con aquellas personas que tienen más amigos en las redes sociales, los cuales suelen actualizar con más frecuencia y responden de forma agresiva ante las críticas.

El sector más vulnerable son los adolescentes, ya que están en un periodo evolutivo de cambio y de construcción de la identidad, la libertad que les produce poder comunicarse a través de las redes, de conocer gente y de expresarse,  hace que el acoso escolar haya dado paso al cyberbullying. Las redes les permiten, ser agresivos, críticos y humillar a otros, con la facilidad que supone no tener a la persona delante. El poder producir el mismo efecto en la otra persona (humillarla, criticarla, juzgarla…) sin necesidad de verla, hace que la maldad sea mayor, ya que visualizar el dolor en los demás nos frena (aunque sea un poco).